El lamento de José de Arimatea
No soporto la voz humana,
mujer, tapa los gritos del
mercado y que no vuelva
a nosotros la memoria del
hijo que nació de tu vientre.
No hay más corona de
espinas que los recuerdos
que se clavan en la carne
y hacen aullar como
aullaban
en el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no te arrodilles más ante
tu hijo muerto.
Bésame en los labios
como nunca hiciste
y olvida el nombre
maldito de
Jesucristo.
Así arderá tu cuerpo
y del Sabbath quedará
tan sólo una lágrima
y tu aullido.
Leopoldo María Panero
[evva)
Adenda: uma outra abordagem do nosso bem-amado José, imprescindível em qualquer biografia autorizada ou evangelho apócrifo.
1 comentário:
Visceral,mas bonito. Aguardo informações mais detalhadas sobre este poeta que oarece tão interessante...
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